LEVANTE-EMV 🔵 ¿Han llegado definitivamente las noches frescas a las regiones mediterráneas? – Shango Media
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LEVANTE-EMV 🔵 ¿Han llegado definitivamente las noches frescas a las regiones mediterráneas?

En estas fechas las primeras tormentas de carácter otoñal suelen hacer bajar un escalón las temperaturas, sobre todo las nocturnas. Hace tiempo que abandonamos la canícula, el período estadísticamente más caluroso del año que se encuadra entre los días 15 de julio y de agosto, y desde entonces muchas regiones del interior peninsular han ido notando progresivamente ese reajuste. Las horas de sol se están reduciendo rápidamente y las masas de aire van perdiendo el fervor estival, pero es algo que no se nota de forma tan evidente en las zonas de costa, especialmente en la mediterránea. 

Por estas fechas me pongo un poco cenizo con eso de la pérdida de revoluciones del verano, pero no es que lo diga yo, se trata de la casuística. En realidad lo hago porque me molesta ese receso, aunque hace unas semanas hubiera pagado por él. No sé cuánto. El mar Mediterráneo ahora aún conserva parte del calor que ha ido acumulando en los últimos meses y lo transmite a su litoral, donde las mínimas tropicales, que representan generalmente noches cuyas temperaturas se mantienen por encima de los 20 ºC, se alargan para el desespero de muchos.

En esas zonas, las bravuconadas de los registros nocturnos siguen hasta que estallan los chaparrones. Normalmente anticipan o coinciden con un descenso de las temperaturas, porque esos diluvios no son más que el reflejo de la llegada de masas de aire más frescas, que de hecho son particularmente frías a unos cuantos kilómetros por encima de nuestras cabezas. En ocasiones inferiores a los -20 ºC a unos 5500 metros de altitud. Esto último no es una cuestión baladí, forma parte de la definición de las temidas danas, por ejemplo. 

Normalmente ese ‘escalón’ perdido ya no se suele recuperar. Por el día aún puede hacer bastante calor, pero las noches ya tienen un lastre difícil de superar, salvo que llegue una masa de aire del sur bastante anómala, que no se prevé. Así que yo me jugaría la comida de hoy -no es una apuesta demasiado ambiciosa, lo sé- a que las noches gustosas han llegado para quedarse. Nota final: tampoco debe esperar la panacea, todo a su tiempo.

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